Robos, racismo y la fuerza social de Meatzaldea
En nuestra comarca de Meatzaldea, muchas vecinas y vecinos perciben los robos a pequeña escala como un problema grave. Comprendo lo doloroso que resulta para quienes lo sufren; recuerdo la frustración que sentí años atrás al ser víctima de varios robos en poco tiempo. Sin embargo, es importante reconocer que este no es el principal desafío en términos de seguridad en nuestra zona minera, ni mucho menos.
Nuestros mayores relatan cómo podían comenzar como aprendices en las fábricas en las que después se jubilarían o como lograron adquirir su vivienda en pocos años y fueron testigos de la mejora continua de la sanidad pública. Hasta hace unas décadas la población de Meatzaldea tenía prácticamente asegurado el acceso a la vivienda y a un empleo estable. Hoy, lamentablemente, esa sensación de seguridad no existe.
Además, la actual situación geopolítica global genera todavía más incertidumbre. Muchos líderes políticos abogan por reducir inversiones en áreas sociales para destinar miles de euros al rearme de Europa, surgen interrogantes sobre las consecuencias que pueden tener estas políticas belicistas.
Es evidente que ciertos discursos amplifican problemas específicos para desviar la atención de otros mucho más complejos. A menudo, con la intención de señalar y estigmatizar a colectivos enteros por acciones individuales. En este contexto, se ha señalado injustamente a la población magrebí de Meatzaldea. Se busca exagerar las diferencias culturales entre la población autóctona y la extranjera para fomentar el distanciamiento social. Lamentablemente, algunas personas de clase trabajadora nacidas en Euskal Herria creen que sus intereses políticos, sociales y su forma de vida están más alineados con los de figuras como Elon Musk o Amancio Ortega que con los de su vecino magrebí, cuando la realidad es justamente la contraria.
Tender puentes
Al revisar nuestra historia reciente, encontramos paralelismos entre las migraciones que transformaron nuestra comarca durante la industrialización minera y los procesos migratorios actuales. Los choques entre personas de diferentes procedencias y las situaciones de inseguridad generadas por la pobreza ya se vivieron en nuestra comarca, pero afortunadamente la gente se supo unir para reivindicar derechos colectivos.
Hoy, enfrentamos desafíos que requieren soluciones colectivas: la falta de vivienda y empleo, el cambio climático y sus consecuencias, así como los conflictos bélicos en Europa y en el mundo. Para abordarlos eficazmente, es esencial que quienes vivimos y trabajamos en Euskal Herria busquemos soluciones de manera conjunta y solidaria, como siempre hemos hecho. Esto implica derribar las barreras que nos separan y fomentar espacios de encuentro y colaboración.
A pesar de ciertos comentarios desafortunados en redes sociales, hay razones para el optimismo. En Meatzaldea, numerosas asociaciones, movimientos sociales y personas están dispuestas a tender puentes con quienes provienen de otras tierras. Desde Martin Etxea Elkartea tejemos redes con todas esas personas y colectivos para así continuar la labor de generaciones anteriores que lucharon por una Meatzaldea y una Euskal Herria más justas, donde todas las personas podamos disfrutar de todos los derechos sin exclusiones
Borja Allende
Martin Etxea