Aprobada una ordenanza que protege la Vía Verde
Entre otros aspectos, la nueva norma prohíbe circular con vehículos a más de 20 km/h, realizar actividades ruidosas o llevar sueltos a los perros, con sanciones de hasta 1.500 euros
La Vía Verde Montes de Hierro está destinada para uso como ruta para el ocio saludable, para el conocimiento del patrimonio histórico-cultural y para el disfrute de la biodiversidad ambiental. Desde el pasado año, los 8 kilómetros del antiguo trazado ferroviario que cruzan Abanto-Zierbena son de titularidad municipal, gracias a la cesión de la Diputación.
Por eso, ahora llega una nueva normativa con sello del Consistorio minero para proteger esta ruta por la historia y de gran valor paisajístico, una normativa se basa en mejorar la seguridad de las personas usuarias y el respeto al medio ambiente.
La nueva normativa para la Vía Verde incluye que a lo largo de todo el recorrido se circulará a una velocidad inferior a 20 km/hora, queda prohibido transitar por esta ruta con perros sin sujeción y se considerará una infracción desarrollar actividades ruidosas, molestas, insalubres o nocivas salvo autorización. Se incluye entre estas actividades el uso de aparatos electrónicos que emitan sonido al ambiente independientemente de su volumen, debiendo utilizarse con auriculares.
Además, las personas o entidades que pretendan realizar actividades colectivas organizadas en la Vía Verde, deberán solicitar autorización mediante solicitud por escrito dirigida al Ayuntamiento o entidad en quien delegue, con una antelación de al menos diez días antes de la fecha en que se pretende celebrar.
El Ayuntamiento de Abanto Zierbena establece, con la aprobación de esta ordenanza, un régimen sancionador propio en el que se prevé una sanción administrativa máxima de 1.500 euros, además de la obligación de la persona infractora, en su caso, de reparar el daño causado.
Entre los enclaves del municipio ligados a la vía se encuentran desde el propio museo minero y la boca de la mina Concha II, hasta el túnel del Sobaco y el de Calco Viejos, el albergue municipal de Cotorrio, el área recreativa de Los Castaños o las ruinas del cargadero y el enclave de El Once, que acogía la terminal del kilómetro 11 del tren Sestao-Galdames.